lunes, 7 de mayo de 2012

... Pequeñas cosas de la vida que me hacen sentir bien (I)...

Hay pequeñas cosas de la vida que nos hacen sentir bien y que la mayor parte de las veces ni nos damos cuenta de ello, son cosas muy simples, a veces pasan desapercibidas, porque la mayoría de las veces son tan cotidianas y rutinarias que no les prestamos atención. Pero... seguro que si no las tuviéramos, las echaríamos de menos... El otro día escribía un buen amigo en una red social esto: "Las mejores cosas en la vida son gratis: Abrazar, sonreír, los amigos, besar, la familia, dormir, amar, reír, los buenos recuerdos..... y que poco lo utilizamos a veces". Cuánta razón!!!! 


Aquí una foto de un amanecer en Celles, en pleno campo, con las ovejinas al lao y el sol saliendo de entre la montaña. Sin duda, despertar así es un gran lujo, muy relajante y que te carga de pilas para todo el día :)



Así me da los buenos días Trasgu en cuanto siente que me levanto de la cama, sea la hora que sea. Sale de la madriguera, asoma la cabecina y así se queda mirándome. Los animales no dejan de sorprenderme!!



Este paisaje lo veo siempre que voy a trabajar a Oviedo en el tren y es una zona que me siempre me gustó, que siempre me llamó la atención y que me transmite calma.  Siempre que paso por allí me imagino lo bien que se estaría allí tumbada un rato al sol, o leyendo o simplemente disfrutando del paisaje. Queda a la altura de la parada de la Pereda-Riosa.



Disfruto saliendo a nuestro balconín de vez en cuando y contemplando el alrededor. A veces aprovecho para tomarme el tentenpié tranquilamente en esos escasos metros exteriores.



Uno de los mayores placeres de esta vida es llegar a casa tras un día de trabajo y ponerte las zapatillas. Relax total con este simple gesto...



Salir al campo, observar el paisaje, la cantidad de flores que hay en esta época, lo bonito que está todo... Sin duda provoca otro bienestar inmenso. Me llamaron la atención estas margaritas, con el centro en morado!! nunca las había visto. Algo que también me dio que pensar es el cómo perdemos la forma de disfrutar de cuando somos niños. Llevas a un niño de dos años a una pradera con flores y es increible cómo disfruta, correteando por él, cogiendo las flores, observándolas y riéndose. En el paseo también nos encontramos las flores estas blancas... los dientes de león!! que soplas y se deshacen... bueno, bueno bueno que manera de disfrutar el pequeñajo a cuenta de algo tan simple... No deberíamos de perder ese entusiasmo por las pequeñas cosas de mayores...



Miky, echado en el reposacabezas del sofá... transmite calma, serenidad, tranquilidad... hubiera estado comtemplandolo más tiempo sin cansarme :)


Que empezéis bien la semana. Estar atentos a cada pequeña cosa de la vida que nos hace sentir bien  y disfrutad!!! :D

No hay comentarios:

Publicar un comentario